El Día de la Madre, una celebración con raíces milenarias, comenzó con el homenaje a deidades maternas en culturas antiguas como la egipcia y la griega, venerando a figuras como Isis y Rea. Esta tradición fue asimilada por el catolicismo, que consagró la festividad a la Virgen María, madre de Jesús y pilar de la fe cristiana. La conmemoración religiosa se originó en el Concilio de Éfeso en 431, donde María fue proclamada madre de Cristo, consolidando su posición central en el cristianismo.
En Argentina, el Día de la Madre tiene sus cimientos en la declaración del Papa Pío XI en 1931, designando el 11 de octubre para honrar la Divina Maternidad de María. Esta fecha fue adoptada por el gobierno de José Félix Uriburu, marcando el domingo cercano para la celebración nacional. Con el paso del tiempo, se estableció el tercer domingo de octubre como la fecha oficial, distinguiéndose de otros países que lo celebran en mayo.
Actualmente, el Día de la Madre en Argentina ha trascendido su origen religioso para convertirse en una ocasión secular de reconocimiento y gratitud hacia todas las madres, biológicas o afectivas, celebrando su amor incondicional y su rol insustituible en el núcleo familiar.
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